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jueves, 5 de septiembre de 2024

Mar Aral

 La agonía del gran mar


Hace sesenta años, el mar de Aral empezó a secarse, dejando a su paso un suelo salino y estéril.

Hoy en día, el pueblo de Karauzyak, al oeste de Uzbekistán, es un lugar polvoriento. Rodeado de un paisaje árido de matorrales secos y suelos salinos, es difícil creer que el pueblo estuvo una vez a orillas de un río crecido, a 50 kilómetros de la orilla del cuarto lago más grande del mundo. En los últimos 50 años, ese lago, el mar de Aral, se ha secado casi por completo, en lo que a menudo se denomina el “peor desastre medioambiental del mundo”. Ahora es difícil cultivar casi nada en Karauzyak, salvo Atriplex, o arbusto salado.



En una parcela de 3,5 hectáreas cercana al pueblo, un equipo de investigadores japoneses cultiva esta planta amante de la sal, conocida científicamente como un halófilo, para ver si puede ser un cultivo viable para los agricultores de la región e incluso alimentar una pequeña industria láctea. Han alimentado con ella a las vacas de una granja cercana y han descubierto que ayuda a retener la escasa humedad del suelo sediento, y que puede cultivarse sin necesidad de grandes cantidades de fertilizantes.

¿Por qué se secó el mar de Aral?

A partir de la década de 1960, las autoridades soviéticas desviaron los ríos Sir Daría y Amur Daría que desembocaban en el mar de Aral para producir algodón en los campos cercanos construyendo un canal de 500km para irrigar esas plantaciones. Sin ríos que rellenaran regularmente el mar, el gran lago empezó a evaporarse, los niveles de agua cayeron en picado y el mar en retirada dejó tras de sí un suelo cada vez más salino en el que no podían crecer los cultivos habituales. En la actualidad, se sigue cultivando algodón en una región árida que recibe una media de sólo 10 centímetros de lluvia al año.

 



La temperatura media de la cuenca del Aral ha aumentado unos dos grados centígrados desde 1968. Y la propia contracción del mar de Aral ha afectado al clima; al desaparecer el agua, el aire se volvió más seco y perdió el efecto refrigerante del lago cercano, creando un bucle de retroalimentación que dio lugar a un tiempo más caluroso y seco. Las tormentas de arena esparcen ahora polvo y metales pesados tóxicos por los pueblos cercanos, mientras que la retirada del agua ha provocado una acumulación de sales en el suelo.

Además del Atriplex, los investigadores de SATREPS están plantando cultivos como sorgo, judía mungo y amaranto en parcelas de prueba para saber cuáles pueden sobrevivir mejor en suelos secos y salinos. Hasta ahora, han desarrollado variedades prometedoras de trigo y cebada de invierno.


También están recogiendo datos por satélite para medir las precipitaciones, la radiación solar y la humedad del suelo en la región de Aral, que pueden utilizarse para ayudar a los agricultores a decidir qué cultivos plantar o cuándo regarlos. Este tipo de análisis en tiempo real, conocido como agricultura de precisión, ya se utiliza ampliamente en Japón. Tanaka espera que, al proporcionar los datos gratuitamente a partir del año que viene, el proyecto SATREPS pueda ayudar a empresas y organismos públicos a desarrollar herramientas que los agricultores puedan utilizar a la hora de planificar sus estrategias de riego.

 





 Actividad

1- Copia el texto en tu cuaderno

2- ¿Qué problemática presenta el Mar Aral?

3- ¿Por qué se secó?

4-¿Qué es el Satreps?


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